lunes, 16 de junio de 2008

Nueva ciudad en pleno desierto

El rey de Arabia Saudita, Abdulá bin Abdelaziz, tiene un sueño, que, de alcanzarse, podría transformar la economía y sociedad del reino.

Durante los próximos 15 años seis nuevos asentamientos urbanos se construirán en el país. El proyecto principal es la Ciudad Económica Rey Abdulá, situada 100 kilómetros al norte de Jedda.

La nueva ciudad se levanta desde las arenas del desierto y cuando se termine tendrá una extensión de cerca de 388 kilómetros cuadrados.

Los constructores dicen que para 2020 se habrán creado más de un millón de empleos en una ciudad que servirá de residencia a más de dos millones personas.

"Esto es de una escala sin precedentes en el mundo", apuntó Fahd Al-Rasheed el director ejecutivo de "Emaar, Ciudad Económica", empresa que está construyendo el lugar.

"(Ciudad Económica Rey Abdulá) incluye uno de los puertos más grandes del mundo, una zona educativa, un balneario etc. Es del tamaño de Washington DC y su construcción tomará 15 años".

Diversificación

Mientras el precio de petróleo no da muestras de disminuir, el gobierno de Arabia Saudita piensa en un futuro cuando se le agote este recurso natural.

No sólo se está hablando de la economía y de conseguir ingresos. Estamos hablando de crear oportunidades de empleo, de crear una infraestructura industrial para las futuras generaciones

Saad al-Dosari, el presidente y director ejecutivo de la empresa de refinería y petroquímica Rabig

Las ganancias que se están generando son enormes. Cada día se extraen más de 11 millón de barriles. A los precios actuales eso equivale a más de US$1.000 millones diarios.

Durante el último "boom" petrolero, el gobierno gastó gigantescas sumas de dinero en proyectos que fracasaron. Uno de los más famosos fue la intención de "hacer florecer el desierto" con irrigación intensiva.

Ahora el reino intenta invertir más sensatamente en el futuro para resolver algunos retos:


La diversificación de la economía

El aumento de la población (el 40% de los sauditas es menor de 15 años)

El aumento del desempleo

El mejoramiento de la preparación y educación de la población
"Creo que lo más importante para Arabia Saudita es diversificarse", dijo Saad al-Dosari, el presidente y director ejecutivo de la empresa de refinería y petroquímica Rabig.

"No sólo se está hablando de la economía y de conseguir ingresos. Estamos hablando de crear oportunidades de empleo, de crear una infraestructura industrial para las futuras generaciones".

Mano de obra foránea

Las nuevas industrias incluirán la producción de aluminio, acero, fertilizantes y productos petroquímicos.


El rey Abdulá es visto como un reformista en un sistema político conservador.

Un ejército de trabajadores extranjeros, en su mayoría provenientes del sur de Asia, está construyendo la infraestructura necesaria y las zonas residenciales adyacentes. Se trata de mano de obra barata dispuesta a tomar los empleos que los sauditas rechazan.

Durante décadas Arabia Saudita ha dependido de la mano de obra extranjera cualificada y no cualificada, pero en años recientes el gobierno ha intentado incorporar más sauditas al trabajo, mediante programas de empleo que han tenido resultados mixtos.

Un ejemplo es la planta de embotellamiento de agua manejada por la Delta Marketing Company en Jedda.

Sólo el 12% de la fuerza de trabajo en el edificio del fábrica es saudita, incluyendo 40 mujeres. En toda la compañía, una quinta parte de los trabajadores son sauditas, cifra que cumple con la cuota del gobierno, pero que es baja para estándares internacionales.

"Los sauditas de poco nivel educativo tienen muy pocas opciones", dijo el gerente de la División de Agua, Nidal Abdul Kareem, quien es de origen jordano.

"Pueden ocupar los puestos de trabajo no cualificados con bajos salarios y competir con los extranjeros. O pueden quedarse en casa sin trabajar y, desafortunadamente, a algunos de ellos les gusta quedarse en casa sin trabajar. Algunas veces parece raro que no les guste trabajar", apuntó.

Influencia extranjera

A pesar de las dificultades, Arabia Saudita está indudablemente sumergida en un proceso de cambios enormes, que está impulsado por la bonanza petrolera y la globalización.


El programa de construcción es de una escala masiva.

Se están construyendo nuevos centros comerciales como el enorme "Mar Rojo" en Jedda. La televisión por satélite y la música occidental también tienen un impacto sobre los jóvenes.

Habrá varias universidades en las nuevas ciudades económicas que, según piensan los reformistas sauditas, podría resultar ser un catalizador para las libertades sociales.

"Esta es una parte de un cambio amplio de filosofía en el reino por el cual estamos mejorando los sistemas educativos", señaló Rasheed.

"En Ciudad Económica Rey Abdulá tendremos un sistema de educación global que aspira lograr que los estudiantes se gradúen en términos de su comprensión del mundo, en cómo es su visión del mundo y cómo quieren participar en él".

En Arabia Saudita uno no tiene que leer entre líneas. La mayoría de los reformistas sugieren en voz baja que las ciudades del futuros serán mucho más libres que el resto del país.

Pero ¿podrán las mujeres conducir automóviles en las nuevas ciudades? ¿Podrán los hombres y mujeres mezclarse libremente como lo hacen en Occidente o en muchos otros países del Medio Oriente?

Nadie, incluyendo al rey, parece todavía estar dispuesto a responder esas preguntas directamente.

La reforma viene pero, en un país con una estructura de poder arraigada en la religión, será un proceso lento y gradual. La Ciudad Económica Rey Abdulá probablemente estará a la vanguardia del cambio.

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